viernes, 17 de octubre de 2014

PROGRESO

La palabra "progreso" viene del término latino progressus. En un sentido genérico indica avance o avanzar hacia delante, pues progressus está formado por el prefijo pro- (hacia delante) y el verbo gressus (ir o marchar). No obstante la raíz de gressus es gradus que podemos traducir como peldaño. De hecho las gradas en un estadio son una especie de escalera donde cada nivel se asemejaría a un escalón. Siendo así,  una traducción más afín a la etimología de progreso sería un avanzar a la vez hacia delante y hacia arriba, superando distintos niveles o peldaños. Progresar sería entonces subir una escalera. 
Es en el siglo XVIII cuando se empieza a gestar el concepto de progreso. En el seno de la Ilustración, junto a los anhelos enciclopedistas y a las alabanzas de la razón. Frente a la fe y a la tradición, oscuridades arcanas, la luz del conocimiento, única linterna capaz de alumbrar un futuro mejor. La idea decimonónica de progreso indica que la humanidad tiende siempre a lo mejor gracias a la razón. Esta mejoría se evidenciaría tanto en la ciencia y en la técnica como en la moral. Pero en el siglo XX, tras dos guerras mundiales, pocos son ya optimistas en relación con el progreso. Para la Escuela de Frankfurt los avances técnicos van siempre unidos a una negación del pensamiento crítico. De manera que el progreso, aun en el caso de que nos pudiese dar de comer a todos, nos convertiría inevitablemente en esclavos. Los pensadores decimonónicos pensaban ingenuamente que el progreso en el conocimiento y en la técnica era prácticamente inseparable de la mejora social y ética. Muchos pensadores de la segunda mitad del siglo XX consideran lo contrario, que el progreso conlleva, ineludiblemente, un empeoramiento social y ético. De manera que la única forma aceptable de ser progresista en el siglo XXI es confiar en los avances de la ciencia y de la técnica, pero manteniendo una vigilancia constante en su desarrollo y aplicación. Siendo entonces conscientes de que el desarrollo de la razón especulativa o la razón instrumental, que nos permite la técnica, no conlleva un desarrollo de la razón práctica, que reflexiona sobre la justicia y la felicidad. Por lo tanto, es necesario diferenciar. El avance científico y técnico aisladamente genera, en el mejor de los casos, desarrollo. Y sólo cuando este desarrollo repercute positivamente en el conjunto de la sociedad se puede hablar de progreso.

domingo, 6 de julio de 2014

PRIVILEGIO

La palabra "privilegio" proviene del latín privilegium, compuesta por privus del verbo privare (privado, particular, de uno mismo), legio que viene de legalis (relativo a la ley) y del sufijo -ium (-io, indica relación). De modo que el significado vendría a ser ley privada para una persona o un grupo de personas. En lenguaje jurídico privilegium es una ley que afecta a un sector particular de ciudadanos o algún particular en concreto, constituyendo así una diferencia de trato legal con el resto. En ese sentido la ley romana ya prohíbe, que sepamos desde el 450 a.C., que no se puedan proponer para su aprobación en asambleas privilegia. Tal prohibición aparece en las Leyes de las XII Tablas, IX, 1, con la expresión: privilegia ne inrogantur : "No se han de proponer leyes dirigidas a personas o sectores particulares". Es el primer reconocimiento escrito en Roma del principio de que la ley ha de ser igual para todos.


Hoy en día el término privilegio se usa también más allá de su significado legal. Decimos que es un privilegio cuando una persona o institución da un beneficio o concesión particular a otra persona o grupo sin haber hecho méritos objetivos para ello.

martes, 8 de abril de 2014

COSMOPOLITA

La palabra cosmopolita viene del griego κοσμοπολίτης,. A su vez, la voz griega κοσμοπολίτης está compuesta con κόσμος (kósmos): mundo, universo, orden, y πολίτης (polites): ciudadano. De modo que el término viene a significar ciudadano del mundo. 

domingo, 16 de marzo de 2014

PARRESIA

La palabra parresia es la transcripción del término griego παρρησία, y deriva de pan (παν), que significa todo, y rhésis (ρησις / ρημα), que se puede traducir como discurso o locución. De modo que la palabra significa literalmente «decirlo todo». No obstante, los antiguos griegos la utilizaban para referirse a un «hablar libremente», «hablar atrevidamente», «hablar con franqueza»  o simplemente para indicar «atrevimiento», pues es obvio que decir la verdad sin rodeos y con claridad puede ser a veces peligroso y hasta revolucionario. La parresia era considerada una virtud por los antiguos filósofos cínicos.

Acosenjable para ilustrar la relación de la parresia con los cínicos el video de Darin McNabb sobre los cínicos.