lunes, 31 de diciembre de 2012

TAUTOLOGÍA

La palabra 'tautología' viene del griego ταυτολογία, formada de ταυτο (tauto = lo mismo), λόγος (logos = palabra, expresión) y el sufijo -ια (-ía = acción, cualidad). Literalmente, expresar lo mismo.
     La tautología consiste en un enunciado que dice lo mismo. Un enunciado donde lo que se predica del sujeto ya estaba incluido en el propio sujeto. Siendo así, el enunciado resulta siempre verdadero, pero no añade información alguna. Por ejemplo:  "un hombre es un hombre", "el ser es lo que es" o "un triángulo tiene tres ángulos". Coincide con lo que los empiristas llamaban relaciones de ideas, los racionalistas verdades de razón y Kant juicios analíticos a priori.

martes, 11 de diciembre de 2012

PROPEDÉUTICA

La palabra ‘propedéutica’ viene del griego πρoπαιδευτικός (propaideutikós). El prefijo pro-,  significa antes o delante de.  Paideutikós está relacionado con enseñanza, y está formado por paidos (niño o hijo) y el sufijo -ikos, partícula usada para construir sustantivos.
     La palabra ‘propedéutica’ hace referencia a la enseñanza previa necesaria para acometer conocimientos más avanzados de una disciplina, ciencia o arte.
     El término es usado por Platón en el siglo IV a.C., para referirse a las disciplinas matemáticas. Debido a su influencia pitagórica, Platón considera fundamental las matemáticas para poder acceder al conocimiento superior de las Ideas. Los filósofos han de ser, previamente, expertos matemáticos. Para Platón la propedéutica está constituida por la aritmética, la geometría, la astronomía y la música. Sin embargo, la astronomía o la música platónica no atiende tanto a los sentidos como al intelecto. Es decir, el astrónomo platónico se interesa por los números y relaciones espaciales de los astros; y el músico, por la estructura matemática que encierran las melodías (recordemos que los sentidos son denostados por Platón, pues son fuente de doxa, pero no de episteme).
     En la Edad Media estas cuatro disciplinas matemáticas se llamarán quadrivium (en latín, cuatro caminos o vías), que se complementarían con el trivium (tres caminos): retórica, gramática y dialéctica.
     Kant utiliza propedéutica en alemán (propädeutik), para referirse a su propia filosofía crítica. La crítica de la Razón es pues una propedéutica de las ciencias positivas:
     “Podemos considerar una ciencia del simple examen de la razón pura, de sus fuentes y de sus límites, como la propedéutica del sistema de la razón pura. [...] En la lógica el entendimiento no se ocupa más que de sí mismo y de su forma. [...] De aquí que la lógica, en cuanto propedéutica, constituya simplemente el vestíbulo, por así decirlo, de las ciencias y, aunque se presupone una lógica para enjuiciar los conocimientos concretos que se abordan, hay que buscar la adquisición de éstos en las ciencias propias y objetivamente dichas.. .”
     Más adelante Kant aclara que "tal propedéutica no debería llamarse doctrina de la razón pura, sino crítica de la misma"


sábado, 1 de diciembre de 2012

ANÁLISIS Y SÍNTESIS

La palabra análisis viene del griego ἀνάλυσις, compuesta con el prefijo ἀνά (ana = arriba, enteramente) y λυσις. A su vez λυσις viene del verbo  λύειν (lyein = soltar, disolver o descomponer) y el sufijo -σις (sis = acción). Con la terminación (-λυσις) –lisis, tenemos en castellano fotolisis, descomposición de un cuerpo por la acción de la luz (photos); y lipólisis, descomposición de grasa (lipos) por medio del agua. Una interpretación adecuada del término análisis sería pues descomponer enteramente.

La palabra síntesis está formada por el prefijo -syn (-συν) (con, junto o a la vez), y thesis (θεσις). Thesis viene de τίθημι (tithemi = "yo pongo"). Por eso debe entenderse como posición o conclusión. Resulta entonces que síntesis podría traducirse como poner junto. Y con un poco de imaginación, componer o armar uniendo las piezas.

Análisis y síntesis son la segunda y tercera regla del método racional que propone Descartes para su tarea científico-filosófica. Y viene a decir que tras aplicar la primera regla (la regla de la evidencia racional), debemos aplicar la segunda, el análisis (descomponer las verdades hasta sus elementos simples o naturalezas simples que no pueden ser divididas). Posteriormente recomienda la tercera regla, la síntesis (componer la verdad compleja a partir de los elementos simples anteriores). La cuarta regla cartesiana es la enumeración completa. Se trata de repasar la cadena deductiva por si hubiese habido algún error. Siempre me ha parecido que lo que propone Descartes con el análisis y la síntesis es la manera intuitiva que todo ser humano tiene de comprender las cosas. Incluso los niños. Desarman el juguete para ver cómo es por dentro. Luego lo arman. Se puede decir que si somos capaces de desarmar y armar posteriormente una maquinaria, conocemos y entendemos su funcionamiento. Bueno, lo que ocurre es que a menudo los niños desarman, pero no siempre arman, ¿verdad? Más bien se la arman a sus padres, con lo caros que son los juguetes modernos.

Síntesis (o negación de la negación) también es el tercer momento del proceso dialéctico del Absoluto en la filosofía de Hegel. Se trata de negar los momentos anteriores: tesis (o afirmación) y antitesis (negación), pero reuniendo y conservando lo más importante de ellos.

Ver video de Descartes

viernes, 23 de noviembre de 2012

DIALÉCTICA

La palabra dialéctica viene del griego διαλεκτικός (dialectikós). Διάλεκτος, estaría compuesto del prefijo διά (diá), 'a través de', y λεκτός (lectós), un participio del verbo λέγω (légo), que significa  'conversar'.

Λεκτός (lectós), en su forma neutra λεκτόν (lectón) tiene un significado similar a λόγος (lógos), que también derivaría de λέγω (légo), siendo por lo tanto similares en significado las palabras διάλεκτος (diálectos) y διάλογος (diálogos).

La palabra dialéctica se refiere entonces al arte de la argumentación y contra argumentación por medio de la palabra en cualquier proceso discursivo.

La dialéctica es el método que emplea Platón en sus diálogos para llegar a las Ideas. Se inspira en la mayéutica socrática y constituye la actividad propia del filósofo situado ya en el grado de conocimiento de noesis (pero no propio todavía para los matemáticos aún en el grado de dianoia). La dialéctica platónica es el proceso discursivo que pretende elevarse desde el mundo físico hasta el mundo de las Ideas. Y una vez allí, ir de un nivel de Ideas inferiores hasta otro superior para finalmente alcanzar la Idea de Bien. A veces Platón llama dialéctica solo al proceso discursivo que asciende de un nivel de ideas inferiores hasta otro superior.

En un sentido más amplio la dialéctica consiste en contraponer ideas o enunciados bien fundamentados según los principios de la lógica a otros igualmente fundamentados y demostrables. Y a través de esa tensión, a modo de una lucha verbal y lógica, poder llegar a conclusiones fiables.

La dialéctica se configuró en la Edad Media como una disciplina metodológica a estudiar. Así en las universidades medievales formaba parte del Trivium (conjunto de tres disciplinas metodológicas de estudio ineludible para cualquier saber: Gramática, Retórica y Dialéctica).

En el siglo XlX el término dialéctica adquiere un sentido propio en el ámbito de la filosofía idealista alemana. Hegel considera que la dialéctica es la ley lógica que rige el desarrollo de la realidad, que es de naturaleza espiritual y racional. La dialéctica es también la forma en la que el hombre, que es un ser racional, puede entender la realidad  y el desarrollo del Espíritu. De modo simplificado la dialéctica hegeliana propugna que en cualquier situación hay un estado de cosas (afirmaciones, saberes, postulados) fundamentadas y mantenidas, que es lo que llamamos tesis. Pero a la tesis se opone una negación o antítesis. Del enfrentamiento entre tesis y antítesis surge una síntesis que normalmente incorpora aspectos de la tesis anterior y de su antítesis. Esta síntesis se constituye en nueva tesis, que sucesivamente se enfrentará a una antítesis y generará una nueva síntesis. Así sucesivamente. Karl Marx retoma la dialéctica hegeliana, pero en un sentido puramente materialista-económico.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

HIPOTENUSA

La palabra hipotenusa viene del griego, Hypoteinousa  (ὑποτείνουσα), formada del prefijo ὑπο (hypo = debajo de) el verbo τείνο (teino = yo tiro) y -ουσα (-ousa, que indica un participio femenino). El participio de hypoteino (tensar fuertemente), significa entonces "fuertemente tensada".

La razón del nombre es la siguiente. Los primeros geómetras griegos eran, como su nombre indica, "medidores de la tierra". Trazaban figuras geométricas ayudados por estacas  (κέντρον kéntron, de κεντέω kentéo perforar. Kentrón es también el punto “perforado en la tierra” donde se fija el compás, y también el centro de una circunferencia) que se clavaban en el suelo. A estas estacas se fijaban cuerdas. Con tres estacas se formaba un triángulo rectángulo si se tensaban las tres cuerdas y las estacas estaban colocadas adecuadamente para formar un ángulo recto. Primero se tensaban las cuerdas para formar los catetos. La hipotenusa se obtenía tensando fuertemente una cuerda entre los puntos extremos de los catetos marcados con estacas. Esta técnica fue copiada de los egipcios. Resultaba que si la cuerda de un cateto media tres y la de otro cateto media cuatro; la cuerda que se tensaba dando lugar a la hipotenusa, medía siempre cinco. La genialidad de Pitágoras fue la formulación abstracta del teorema que lleva su nombre c2= a2 + b2: el cuadrado de la hipotenusa (c2) es igual a la suma del cuadrado de los catetos (a2 + b2). De modo que la hipotenusa es la raíz cuadrada de la suma de los cuadrados de los catetos Las deducciones de Pitágoras dieron lugar al desarrollo de la trigonometría.

Posteriormente los pitagóricos se dieron cuenta de que si aplicaban el teorema de Pitágoras a un triángulo rectángulo cuyos catetos miden la unidad, la hipotenusa no se podía expresar con un número exacto, lo cual les causó tanta perplejidad que marginaron desde entonces el desarrollo de la aritmética y se centraron en el estudio de la geometría. Hoy sabemos que el número en cuestión es raíz de dos y que resulta ser un número irracional, pero para los pitagóricos aquello era tan irracional que no podía considerarse siquiera número. La culpa de todo este lío la tuvo un tal Hipasos, natural de Metaponto, pero esto es ya otra historia.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

ENIGMA

La palabra enigma nos llega del latín aenigma, vocablo que era un préstamo del griego αἴνιγμα ("aínigma"), que significaba lo que se da a entender, palabra oscura o equívoca. Este vocablo se forma con el sufijo griego -ma (instrumental-resultado), sobre la raíz del verbo αἰνίσσομαι ("ainíssomai"), decir con palabras encubiertas, dar a entender. Este verbo se forma con un alargamiento gutural sobre la raíz del vocablo αἶνος ("ainos") que designa en griego cualquier conjunto de palabras o enunciado cargado de elementos significativos o dobles sentidos, como por ejemplo una fábula instructiva o cosas similares.

En Edipo rey Sófocles nos habla de la Esfinge, un monstruo con rostro y pechos de mujer, patas y cola de león y alas de pájaro. La Esfinge proponía enigmas a todos aquellos que querían entrar en Tebas. Si no lo resolvían, morían. El enigma que propuso a Edipo fue el siguiente: ¿Cuál es el ser que anda primero con cuatro patas, luego con dos y después con tres; y que se vuelve más débil según tenga más patas? Edipo, contestó: es el Hombre, pues gatea cuando niño, camina de adulto y de viejo anda con bastón. La Esfinge, despechada y vencida, se lanzó al vacío desde lo alto de una roca y murió. Ante esto, Tebas hace rey a Edipo y le pide que se case con su reina Yocasta. Edipo se casa con Yocasta sin saber que era su verdadera madre.

FACTICIO

La palabra facticio proviene del latín, un cultismo creado empleando el verbo facere o hacer. Las cosas reales o son hechas  o manipuladas por el hombre; o bien surgen naturalmente. A todo lo hecho o construido por el hombre se le puede calificar como facticio.

El filósofo francés Descartes clasificó las ideas en tres grupos: adventicias, innatas y facticias. Las primeras son aquellas que parecen venirnos de fuera, como la idea de árbol o casa. Las ideas inatas son las que han nacido con nosotros (para Descartes la idea de causa o la idea de Dios). Las facticias eran las ideas que crea la imaginación, y se construyen a partir de retazos de ideas adventicias. Así pues, la idea de caballo o de ave son ideas adventicias. Pero la idea de Pegaso (caballo alado) es una idea facticia.

Ver video de Descartes

domingo, 11 de noviembre de 2012

PANTEÍSMO

La palabra panteísmo se refiere a las doctrinas religiosas que creen que la divinidad está constituida por la totalidad del universo o que todo es parte de la esencia divina. Panteísmo está formada por las raíces griegas del adjetivo  πᾶς, πᾶσα, πᾶν (todo) en su forma neutra πᾶν (pan), y del sustantivo θεός (dios), junto con el sufijo griego -ismo (doctrina, creencia, actitud vital).

Podemos encontrar la raíz pan- con el valor de "todo" en diversas palabras de origen griego, como panorama, pancracio, panacea, panoplia, pandemia, etc. A veces presenta la forma radical del genitivo panto-, como en pantomima, pantógrafo o pantócrator (todopoderoso).

La raíz griega de θεός (theos) la encontramos en palabras como teísmo, apoteosis, monoteísmo, teocracia, teología, politeísmo, etc. Este vocablo se origina en una raíz indoeuropea *dhēs- que expresa conceptos religiosos. Hay que hacer notar que esta raíz indoeuropea es completamente diferente a la que genera la palabra latina deus, que es la que generó nuestra palabra dios. Deus , que en origen significa "ser de luz", procede de una raíz indoeuropea *deiw- (brillar, luz diurna).

HOMEOMERÍA

Según nos dice Aristóteles, para Anaxágoras de Clazomene la realidad está compuesta por innumerables partículas que son infinitamente pequeñas. Son distinguibles unas de otras cualitativamente. Lo peculiar de estas partículas es que tienen en su interior la potencia o posibilidad de trasformarse en otra cosa. Aristóteles llama a estas partículas "homoioméreiai" (en griego antiguo: ὀμοιομέρεια). Pero Anaxágoras se refiere a ellas como spermata (σπερματα), palabra compuesta de la raíz σπερ- (sembrar, inseminar) y el sufijo -μα/ -ματο (medio, instrumento o resultado). Podemos entender pues que las homeomerías o spermatas son una especie de semillas que tienen a su vez semillas de todas las cosas. Esto explica que las cosas naturales puedan trasformarse continuamente. Así los hombres comemos diversos alimentos, esa comida se trasforma en carne o sangre, y así sucesivamente.

sábado, 10 de noviembre de 2012

IDEA

La palabra “idea” viene del griego ειδέα / ιδέα (aspecto, forma o apariencia). Esta palabra es derivada de είδω (eído) que significa "yo ví". De modo que originariamente la palabra está en relación con la visión. No obstante, Platón, en su teoría de las Ideas, va más allá. Y se refiere a ellas como definiciones generales de las cosas, eternas, inmóviles, inmutables, modelos perfectos de las cosas sensibles y existentes realmente en el τόπος οὑρανός (topos uranos o lugar celeste).

Si atendemos al insigne filósofo Manuel García Morente y a su clarificadora obra “Lecciones preliminares de filosofía”, la palabra idea sería un neologismo inventado o reinventado por el propio Platón:

“La situación de los filósofos que empezaban a filosofar hace veinticinco siglos era grave, porque no tenían a su disposición terminología ninguna. Para nosotros es muy sencillo: tiramos del cajón de la historia, y desde Platón hasta aquí tenemos una enormidad de términos para decir lo que queremos decir. Pero entonces no había más que los términos del idioma usual. Entonces los filósofos acudieron a dos recursos: uno, tomar del idioma usual un término y darle sentido filosófico; el otro recurso consiste en forjar un término nuevo. Esto hizo Platón al forjar la palabra “idea”: la formó con una raíz de un verbo griego que significa "ver". De modo que “idea”, en puridad, significa visión, intuición intelectual. Eso es exactamente lo que significa idea.”

ALEGORÍA

La palabra alegoría viene del griego  ἁλληγορία  (allegoria), formada de αλλος (allos = otro), ἁγορά (ágora = asamblea, plaza pública, mercado, discurso) y el sufijo - ια (-ia = cualidad). En retórica, se refiere a explicar un concepto abstracto por medio de varias metáforas continuadas, por ejemplo, este refrán persa:

Las raíces son el pueblo. El tronco, el rey. Considera que de las raíces saca el árbol todas sus fuerzas.

En filosofía es famosa la alegoría de la caverna de Platón, expuesta en el libro Vll de la República:

La caverna es el mundo sensible. El mundo exterior a la caverna es el mundo de las Ideas. Las cosas del exterior de la caverna son las Ideas. Y el Sol es la Idea de Bien.

Ver video ilustrativo: "La alegoría de la Caverna"


jueves, 8 de noviembre de 2012

HYBRIS

La palabra hybris se puede leer muy frecuentemente en tratados o ensayos de filosofía o literatura griega. Es la transcripción del griego ὑβρις (desmesura, todo lo que sobrepasa una justa medida, orgullo, soberbia). En la moral y la religión griegas no existe el concepto de pecado al estilo de la mentalidad judeocristiana. Sin embargo un principio que regula toda la ética griega es el concepto del término medio. Ni el amor ni el dolor ni las aspiraciones ni el poder ni cualquier otra cosa deben sobrepasar una medida razonable, lo que se expresa en la conocida máxima délfica μηδέν  αγαν (medén agan= "nada en exceso") que predica la moderación como principio de la vida. La hybris es pues algo que genera un desequilibrio y sobre todo que atrae la cólera de los dioses, siempre prestos a propiciar la ruina del que la muestra.

Generalmente la hybris es el tópico de toda la tragedia griega. El héroe sobrepasa las capacidades humanas y desarrolla unos sentimientos o unas aspiraciones desmedidas en su actuación. La tragedia clásica contrapone a la hybris la sophrosynê (σωφροσύνη), esto es, la moderación que respeta los límites que se imponen al hombre.

Platón habla de la hybris en varias de sus obras: En Fedro, las Leyes y en Critias. En el Fedro, Platón afirma que existe un tipo de deseo que "atolondrada y desordenadamente nos tira hacia el placer, y llega a predominar en nosotros", y añade que a este impulso se le ha dado el nombre de hybris.En las Leyes, al explicar que los espartanos han desterrado de su país aquello que hace insensatos a los hombres, vuelve a nombrar la hybris junto a los placeres cuando afirma que, en Esparta, no se ven ni "banquetes ni cuantas otras cosas acompañan a éstos excitando a más no poder todos los deleites". Más adelante, en este mismo texto, vuelve a colocar la hybris entre aquellos estados que "embriagándonos por el placer nos hacen perder el sentido" y nos convierten en insensatos, para acabar calificando con este apelativo al "deseo de engendrar descendientes" cuando se convierte en una necesidad y apetito que abrasa y enloquece por completo a los hombres. Siguiendo a Platón, se podría afirmar que dicha hybris es un modo de actuar que está precedido por una ofuscación del pensamiento, que excita y embriaga los sentidos, y cuyo deseo de engendrar puede llevar a la locura. Por consiguiente, si quitamos del hombre el pensamiento y embriagamos sus sentidos, dejándole sólo el deseo de engendrar, no nos queda más que un animal excitado por uno de sus instintos.

Aristóteles habla extensamente de la hybris en su Poética. A menudo los héroes cometen hybris por no hacer lo que está previsto en el destino o moira, literalmente parte o porción del lote. En algún momento del desarrollo de la tragedia el héroe que ha cometido la hamartía (ἁμαρτία), que se puede traducir como error trágico, defecto, fallo o pecado, descubre su propio error. Ese reconocimiento del error se denomina en griego anagnórisis (αναγνώρισις) y tiene como consecuencia el cambio de suerte del protagonista o peripecia (περιπέτεια en griego y que en latín se transcribe como peripétia). La acción trágica se caracteriza por el cumplimiento de la peripecia, que Aristóteles describe como “la inversión de las cosas”; es decir, el cambio de la suerte en desgracia. Esta inversión se relaciona con el castigo merecido al cometer el exceso.

Fuentes principales: etimologías Chile y Carmen Trueba

lunes, 29 de octubre de 2012

SYMPLOKĒ

Symplokē es la trascripción latina del término griego συμπλοκή. Symplokē es  la forma sustantivada del verbo symploko (σύμπλοκο en griego), que significa enlazar, ligar, unir e incluso luchar. Symplokē apunta a que no es cierto que nada esté relacionado con nada, ni que todo esté relacionado con todo. Más bien algunas cosas estás relacionadas con otras cosas.  Aunque es un término común de la lengua griega lo utiliza profusamente Platón para indicar que está relacionado con la actividad del filósofo. El filósofo se adentra en la complejidad de la realidad e intenta destrenzarla o desliarla para buscar conceptos que, colocados en un cierto orden, nos permiten describir la complejidad de lo que hay. Las Ideas están relacionadas unas con otras, pero no todas con todas. Así la Idea de Bien está en todas las demás Ideas, y la idea de armonía, por ejemplo, está también en la idea de justicia. No obstante, la Idea de ojo, por ejemplo, no tiene nada en común con la Idea de piedra.
El término es hoy muy utilizado por el filósofo Gustavo Bueno para explicar su filosofía materialista.

martes, 11 de septiembre de 2012

METEMPSICOSIS

La palabra metempsicosis viene del griego μετεμψύχωσις (metempsychosis), compuesto de: μετα- (meta) - junto a, después de, entre; Éν- (en, dentro) - este cambia a m antes de p, por eufonía; Ψυχη (psyche = alma) y -ωσις (-osis = formación, impulso o conversión).
      La metempsícosis consiste  en la transmigración del alma a otro cuerpo tras la muerte. O más llanamente, reencarnación. La palabra era utilizada por los antiguos órficos y, posteriormente, órficos-pitagóricos. Esta reencarnación al modo griego no depende de karma alguno como en filosofías orientales, sino de la necesidad de purificación del alma. 
      La creencia en la reencarnación estaba presente en los ritos órficos y dionisiacos referido al mito del dios Dioniso. Al nacer el dios Dioniso fue raptado por los titanes. Éstos cocieron su cuerpo en una caldera y lo devoraron. El corazón quedó en la caldera y a partir de él, la diosa Gea resucitó a Dioniso. Los gigantes fueron fulminados por el rayo de Zeus. De las cenizas de los titanes caídas a la tierra nació la raza humana. Por eso los seres humanos tienen una materia titánica impura y una chispa de divinidad procedente del cuerpo de Dioniso devorado por los gigantes. Esta chispa de divinidad es el alma. Y puesto que está contaminada por la materia titánica, debe purificarse y sufrir transmigrando por el mundo material. No obstante, este proceso se puede interrumpir para regresar definitivamente al plano divino. Para lograrlo, los órficos, y luego los órfico-pitagóricos, practicaban unas estrictas normas de vida que incluían el vegetarianismo, ciertas prohibiciones alimenticias (las habas por ejemplo eran un alimento prohibido); y prácticas y aprendizajes vinculados a la música y la matemática. También seguían en sus ritos iniciáticos los aprendizajes sobre cómo actuar en el mundo del más allá que, según la tradición, les había trasmitido el poeta, profeta y cantor Orfeo. La leyenda cuenta que Orfeo había descendido al Hades para rescatar a su esposa muerta, Eurídice. Tras fracasar en su intento de rescate, volvió a la tierra y desveló los secretos del Hades a sus discípulos. ¿Qué secretos? Al morir, las almas eran conducidas por Hermes hasta la orilla de la laguna Estigia. La laguna era cruzada en la barca de Caronte. Al entrar en el Hades y atravesar en un estado obnubilado sus brumosos campos, llegaban sedientas a la fuente de Leteo en cuyas aguas solían beber ansiosas. Leteo es la fuente del Olvido que proporciona el olvido total de la vida anterior. Este olvido era necesario para que las divinidades infernales reenviaran las almas de nuevo a un cuerpo que nace. Si no se bebía de Leteo y no se producía el olvido, el alma renacía en el Hades. Frente a Leteo se producía pues un dilema. Los órficos y pitagóricos abominaban de los dos caminos. Y trataban de evitarlos. Para ello aprendían técnicas sobre cómo realizar la catábasis (descenso al mundo de los muertos) e impedir el ciclo de las reencarnaciones y la temida reencarnación en el Hades. Usando en el Hades ciertas contraseñas y recitados, los iniciados órficos lograrían resistir la tentación de la sed y pasarían frente a la fuente de Leteo sin beber. Llegarían así a la fuente de Mnemósine, situada junto a un álamo blanco, cuyas aguas proporcionan la eterna memoria. Al beber de ellas se quedarían para siempre en los Campos Elíseos.

sábado, 4 de agosto de 2012

MELANCOLÍA

Melancolía procede de la voz latina melancholia que es la transcripción del término griego μελαγχολια, formada de μελας (melas = negro) y de χολης (cholis = bilis). La bilis negra era uno de los cuatro humores cardinales con la bilis amarilla, la sangre y la pituita o flema (humor de la nariz o mucosidad). La escuela hipocrática sostenía que la enfermedad era el resultado de un desequilibrio en el cuerpo de los cuatro humores, fluidos que en las personas sanas se encontraban naturalmente en una proporción semejante («pepsos»).Cuando los cuatro humores se desequilibraban («dyscrasia», mala mezcla), el individuo enfermaba. La terapia hipocrática pretendía restaurar este equilibrio. Por ejemplo, se creía que tomar cítricos era beneficioso cuando había un exceso de flema. 
      Es famoso sin embargo el “Problema XXX”, escrito atribuido tradicionalmente a Aristóteles, donde se especula sobre la relación de la melancolía con los hombres de genio. En el texto se afirma que seres excepcionales como Belerofonte, Heracles o Áyax sufrieron melancolía. La conclusión de Aristóteles es que las personas geniales tienen ese carácter melancólico porque en ellos predomina la bilis negra. La melancolía solía aparecer junto a úlceras en la piel y epilepsia, y quienes la padecían solían buscar insistentemente la soledad. La bilis negra puede producir no sólo melancolía sino otros estados como osadía, charlatanería o agresividad. Aristóteles explica cómo funciona la bilis negra haciendo una comparación con el vino. La bilis negra modifica el comportamiento de las personas según sea fría o caliente o si está o no en contacto con el aire. Es pues sensible al viento y a la temperatura.

domingo, 29 de julio de 2012

OUSÍA

La palabra ousía es la trascripción latina del término griego οuσία. Ousía viene del participio femenino del verbo εiμί (imí). Esto es: ouσα. Significaría originariamente ser, existir, vivir, haber o tener. En el dialecto ático-jónico significaba originariamente riqueza de algo, nutriente, etc. En el Nuevo Testamento escrito en griego koiné todavía se sigue utilizando en ese sentido. Parece que este significado predomina hasta el siglo IV. Por extensión ousía significaría en el lenguaje cotidiano riqueza, posesión o propiedad. Sin embargo es Aristóteles el filósofo antiguo que más utiliza este término en un sentido filosófico que viene a ampliar o a modificar el sentido originario. 
       Para Aristóteles el término ousía es fundamento o soporte con respecto a otros géneros de realidad dependiente. En este sentido se opone a accidentes “accidens” (lo que sobreviene a). Ahora bien, ousía es entonces aquello en virtud de lo cual un ente se halla constituido y es capaz, en última instancia, de mantenerse y ser aquello que es. Lo que solemos entender por esencia. Asimismo, la noción filosófica de ousía incluye tradicionalmente una directa referencia al término "identidad". En efecto, a toda realidad presentada en términos de unicidad e inmutabilidad le pertenece correlativa y básicamente el predicado de identidad y el predicado de mismidad. La ousía es entonces soporte de accidentes y esencia permanente e idéntica a sí. 
       ¿Cómo se llegó entonces del significado común de ousía (hacienda, posesión, propiedad) al significado filosófico (soporte, esencia e identidad)? 
      Una explicación verosímil sería la siguiente: ousía en tanto que "propiedad" o "hacienda" es aquello que da consistencia e identidad al ciudadano griego. Por metonimia esa consistencia e identidad que conotaría el término pasaría a ser el significado principal y denotativo del término ousía en el sentido puramente filosófico:estabilidad, firmeza, ausencia de variación y permanencia. 
         Los escolásticos utilizan la palabra substantia para referirse a la ousía aristotélica. El término substantia parece dar prioridad al aspecto de la ousía relativa al soporte o sustento de accidentes en cada cosa particular. No obstante, este mero soporte es susceptible de derivar en pura indeterminación abstracta al menos en dos sentidos. En el sentido de los empirístas británicos (recordemos los análisis que Locke y Hume hacen de la sustancia material o cosa y la sustancia espiritual o yo); o en el sentido de los grandes metafísicos como Parménides o Hegel (el soporte último de toda realidad: el Ser mismo, el Ente). El filósofo alemán Martin Heidegger creía que traducir ousía por substantia había desvirtuado lo que realmente quería decir Aristóteles. Heidegger sabía que "ousía" significaba originariamente riqueza, propiedad, posesión, etc. Y según el filósofo alemán, Aristóteles todavía utilizaba la palabra con este primordial significado. Forma parte, en cierto modo, de ese Ser comprensible, cercano y concreto que nada o muy poco tiene que ver con el Ser abstracto de la metafísica.

lunes, 7 de mayo de 2012

PERIPATÉTICO


La palabra peripatético es un cultismo griego (περιπατητικός) formado del prefijo περι (peri = alrededor), el verbo πατειν (patein = deambular) y el sufijo ικο (ico = "relacionado con"). Peripatético significa entonces "que deambula alrededor”.
      A la escuela aristotélica se la denomina peripatética. Peripatéticos son entonces los seguidores de la filosofía de Aristóteles. Al parecen eran llamados de esta manera porque tales filósofos, ya sea entre ellos o con sus discípulos, debatían mientras caminaban alrededor de un patio. El patio fue llamado peripatos. Los más célebres filósofos peripatéticos que sucedieron a Aristóteles fueron Teofrasto y Estratón de Lampsaco. 
      En castellano esta palabra tiene también el sentido de 'ridículo' o 'extravagante', probablemente por cruce con patético, vocablo éste que, no obstante, tiene otro origen.

domingo, 6 de mayo de 2012

AFASIA

Afasia procede del vocablo griego αφασία: sin palabra.
       El término se relaciona con Pirrón de Elis y la filosofía escéptica. Al ser todo igualmente indiferente, hay que mantenerse sin opiniones. Se trata de lo que los escépticos denominaron "abstención de juicio" (epoché), que conduce al silencio (afasia). Esta indiferencia teórica sirve de base a la indiferencia práctica, a la humildad y la mansedumbre, así como a la impasibilidad o apatía (apathéia). La vida sabia consiste en conseguir un equilibrio perfecto que nada pueda turbar (ataraxia), sustituyendo los dogmas por las costumbres y las inclinaciones naturales. 
       En 1864 el médico francés Armand Trousseau utiliza el término para designar un trastorno en el cual el sujeto pierde la capacidad de producir o comprender el lenguaje. La afasia se debe, desde el punto de vista neurológico, a lesiones cerebrales en el área especializada en el lenguaje.

EPOCHÉ

Epochē (del griego εποχή «suspensión») es un concepto originado en la filosofía griega, utilizando principalmente por la corriente escéptica. En los tiempos modernos fue revitalizado por la fenomenología de Edmund Husserl si bien no en su acepción inicial.
Originariamente, según la definición de Sexto Empírico, la epochē es «el estado de reposo mental por el cual ni afirmamos ni negamos», o si se quiere una actitud mental de imperturbabilidad o ataraxia (del griego αταραξια). El concepto tenía distintos grados de «intensidad» según los distintos filósofos de esta corriente, abarcando desde la suspensión radical del juicio para algunos en el caso de especulaciones teóricas, hasta posiciones próximas del probabilismo en otros casos. En lo que respecta a aspectos no ya teóricos sino prácticos, el concepto tendía a confundirse con la 'metripatía, que puede traducirse como la adopción de una actitud de prudencia cuando se trata de evaluar sentencias de carácter moral.
El concepto epochē jugó un rol importante en la corriente filosófica del escepticismo de Pirrón. Partiendo del supuesto de que no conocemos nada, Pirrón argumentó que la actitud que más conviene adoptar es la epochē, es decir, la suspensión del juicio o de la afirmación. No es exacto afirmar que esta posición implica la idea de que no tenemos ninguna posibilidad racional de elegir entre uno u otro curso de acción. Más bien se relaciona con el hecho de que un determinado tipo de vida o acción no puede ser catalogado como el «definitivamente correcto». Tampoco es acertado postular que los escépticos niegan dogmáticamente la posibilidad de todo conocimiento: la misma palabra Skepsis implica «siempre buscar», «siempre investigar». En efecto, sería contradictorio afirmar plenamente que nada puede ser objeto de conocimiento ya que esa misma proposición sería paradójicamente elevada a la categoría de algo que se conoce.
En la fenomenología de Husserl el concepto de epochē se redefine de una manera más radical, como un cambio fundamental de actitud no sólo respecto al conocimiento y a las teorías ya existentes, (lo que se aparenta a la suspensión del juicio) sino también frente a la realidad misma. Cambio de actitud que Husserl describe con las imágenes de "poner entre paréntesis" (Einklammerung), de «desconexión» (Ausschaltung) de la cotidianeidad. Esta sería un presupuesto del método para llegar a lo que Husserl denomina reducción fenomenológica.
Tal radicalidad permite distinguir a la epoché en sentido husserliano, no sólo de la epochē clásica, sino también de todo otro concepto con el que puedan presentarse analogías, entre los que pueden citarse la duda cartesiana o la abstención de explicaciones metafísicas propugnada por Auguste Comte. Tampoco es para nada la negación de la realidad. 
Ese cambio radical frente a la actitud «natural», nos pone en el umbral del conocimiento filosófico. Ferrater Mora explica que en esa «puesta entre paréntesis» no sólo van a quedar encerradas las doctrinas y teorías respecto de la realidad, sino también, la realidad misma: como consecuencia de ello, la realidad no resulta modificada sino «alterada». Sólo esta actitud permitiría alcanzar la conciencia pura o transcendental.

Fuente: wikipedia