La Teodicea viene del griego theos θεός (Dios) y dike δίκη (Justicia). La palabra fue creada en 1710 por Leibniz (1646-1716), como título de una de sus obras: «Ensayo de Teodicea. Acerca de la bondad de Dios, la libertad del hombre y el origen del mal» (Essais de Theodicee). Leibniz se refería con Teodicea a cualquier investigación cuyo fin fuera explicar la existencia del mal y justificar la bondad de Dios.
En la actualidad se entiende por Teodicea una rama específica de la Filosofía que se ocupa de probar la existencia de Dios a través de la razón natural. La relación con la concepción de Leibniz es clara. Pues siendo la justicia y la bondad divina algo esencial a Dios, su cuestionamiento pone en entredicho su propia existencia.
A veces Teodicea se usa como sinónimo de Teología natural o Teología racional. No obstante, esto no es del todo correcto. El objeto de estudio de la Teología natural es más general. Podría decirse que la Teodicea es sólo parte de la Teología natural. El teologo natural parte de la existencia de Dios (por fe o razonamiento) e intenta descubrir racionalmente las características o atributos de Dios. Sin embargo cuando alguien hace teodicea se preocupa fundamentalmente de demostrar racionalmente la existencia de Dios.
Frente a la Teología natural está la Teología revelada, que no constituye disciplina filosófica. La Teología revelada intenta descubrir los atributos divinos fundamentalmente a partir de exégesis de los libros sagrados.
Frente a la Teología natural está la Teología revelada, que no constituye disciplina filosófica. La Teología revelada intenta descubrir los atributos divinos fundamentalmente a partir de exégesis de los libros sagrados.